En la exploración de ritmos de diferentes regiones se encuentra este entreverao en el cual se unen tres “golpes” de la música llanera. Cada “golpe” tiene unos ciclos armónicos establecidos y unos melotipos característicos que se desarrollan durante la obra. 

Cada sección de la obra corresponde a un “golpe” llanero, la periquera tiene una melodía muy sincopada por lo que se recomienda el estudio en un tempo lento tanto en las melodías y los cambios de acordes, ya que algunos se realizan cada compás y es importante lograr mantener el mismo pulso; en el gabán la melodía es compartida por todos los instrumentos la cual es menos sincopada y presenta un juego de pregunta y respuesta; la última sección es una quirpa, en la cual la primera frase tiene la misma figuración rítmica de la periquera aunque con otro diseño melódico, sin embargo cuando la sección pasa a la tonalidad relativa menor, la melodía se fragmente en diferentes instrumentos que al sonar juntos permiten que se escuche e identifique, generando un gran reto de ensamble, conciencia del rol individual y la participación en conjunto escuchando a los demás.

La tonalidad en que está compuesta la obra es “Do mayor” y su relativa “La menor”, incluyendo en estas acordes triada que no se habían usado anteriormente pero que son complementarios a los que ya se venían utilizando.